FOTO CORTESÍA DE FUNDACIÓN DALÍ. |
AGENCIA EFE
"Violetas Imperiales", pintada por Salvador Dalí en 1938 y
que interpreta el ambiente bélico que dio paso poco después a la Guerra
Civil española y a la Segunda Guerra Mundial, es la última adquisición
con la que la Fundación Gala-Dalí cierra el 40 aniversario de la
inauguración del Teatro-Museo de Figueres, en el noreste de España.
La pieza, un óleo sobre tela de grandes dimensiones y pintado en unas
medidas de 100 por 142,5 centímetros, fue presentada hoy por el
director del Museo Dalí, Antoni Pitxot, quien detalló que el vendedor es
un coleccionista particular que prefiere permanecer en el anonimato.La pintura perteneció originalmente al que fue mecenas de Salvador Dalí en aquella época, Edward James, que en 1941 la donó al Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).
El MoMA incluyó la pieza en la exposición retrospectiva que organizaba en aquellos momentos y, años más tarde, la subastó, por lo que permaneció en manos particulares hasta ahora.
Antoni Pitxot detalló frente al cuadro, que contará con un espacio propio en el Teatro-Museo durante los próximos meses, su composición, en un tono oscuro velado "de sepia y un poco de azul de Prusia" para conseguir "un cromatismo lúgubre", poco frecuente en la obra de Salvador Dalí.
Ese tono es "una premonición de la guerra", según Pitxot, quien puntualizó que el objeto central de la pieza es un teléfono sobre un plato que simboliza "la inutilidad de los esfuerzos por conseguir la paz" pese a la disposición de esta tecnología.
Dalí parodia este aparato, que aparece en otros cuadros como "Excentricidad melancólica (1938)", "El momento sublime (1938)", "Teléfono en bandeja con tres sardinas fritas (1939)", "Paisaje con teléfonos sobre un plato (1939)" y "El enigma de Hitler (1939)".
La obra se enmarca en la época surrealista de Dalí, ya que junto al plato con el teléfono se hallan unas sardinas, otro objeto habitual en las pinturas del genio ampurdanés.
Antoni Pitxot ha explicado que el título de la pieza, "Violetas imperiales", es el de una película de 1923 protagonizada por Raquel Meller que Salvador Dalí vio en el domicilio de la diseñadora francesa Coco Chanel.
El pintor se había desplazado a Europa para huir de la inminente Guerra Civil en España y pasó por diferentes casas de amigos, incluida la de Chanel en la Costa Azul.
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